Resumen de lo expuesto.
Tras una rápida revisión de los artículos anteriores estoy en situación de afirmar con suficientes argumentos que, pese a no haber agotado los aspectos del cálculo de la sección de los conductores eléctricos aislados por la primera hipótesis, sí que lo hemos conseguido sobradamente con la paciencia de los pocos y sufridos lectores que aún siguen estos artículos, por lo que creo llegado el momento de pasar a analizar la segunda de estas hipótesis de cálculo.
2ª hipótesis: caída
de tensión máxima permisible.
La mayor parte de los receptores
eléctricos necesitan para su correcto funcionamiento que la tensión eficaz a la
que son sometidos permanezca dentro de unos ciertos límites. Los límites de
esta tensión en el origen, es decir en el punto de entrega, están establecidos
por la normativa de Calidad del producto establecida por
el RD 1955/2000. Pero en la distribución de esta energía a lo largo de la
instalación se producen, al igual que en la circulación de cualquier otro fluido
por una conducción, una pérdida de energía que se traduce en una pérdida
potencial eléctrico conocida como “caída de tensión”.
El cálculo de esta caída es un problema de modelización bien conocida. Muy sencillo de resolver para corriente continua y un poco más complejo, y nunca mejor empleada la palabra, en corriente alterna. Recordemos que como establece Georg Ohm en su bien conocida ley, la diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos de un circuito está vinculada con el valor de la intensidad que circula por ese circuito y con las dificultades que el conductor de este opone a la circulación de esta corriente.
Para los sistemas de corriente continua,
la única dificultad es la resistencia óhmica a la temperatura de servicio, mientras
que para los sistemas de corriente alterna, estas dificultades son:
- La resistencia óhmica en corriente
alterna y a la temperatura de servicio.
- La reactancia inductiva del cable.
- La reactancia capacitiva del cable.
- La conductancia del aislamiento del
cable, también conocida como perditancia.
Cuanto más importante sea el sistema,
más alta la tensión, más elevada la intensidad, más cuidadosamente se tendrá
que evaluar cada uno de estos aspectos. Por el contrario, en los sistemas de
baja tensión los efectos de la reactancia capacitiva y de la perditancia, por
ejemplo, pueden ser, sin más, despreciados. No así los de la reactancia inductiva
que, sobre todo en los casos de largas tiradas y fuertes intensidades, puede
llegar a tener valores realmente importantes que comprometan el resultado de
los cálculos. Esta reactancia inductiva puede ser fácilmente calculada en el
caso de cables tripolares, ya que la disposición espacial de cada una de las
fases es conocida, pero en el caso de cables unipolares esta disposición
solamente puede ser evaluada aproximadamente, o medida después de efectuada la
instalación.
Estas “dificultades” reciben en la
mayoría de los libros de texto españoles el nombre de “constantes
características”, aunque, en mi opinión, podrían ser denominadas, por lo menos
en este contexto, como “parámetros”, es decir elementos importantes cuyo conocimiento
es necesario para comprender un asunto o problema. Pasaremos a continuación al
análisis de cada una de ellas.
1. Resistencia.
Aunque según la definición del
Vocabulario Electrotécnico Internacional (VEI), la resistencia eléctrica es el cociente del voltaje UAB entre
los terminales, por la corriente eléctrica i en el elemento o circuito[1],
no es menos cierto que también puede ser definida como una característica de
los materiales que depende de su naturaleza y sus dimensiones. Definición esta,
más adecuada a nuestros propósitos.
La resistencia eléctrica de un cuerpo
concreto depende, pues, de tres factores[2]:
- La longitud del mismo (a mayor
longitud, mayor resistencia). Normalmente se expresa en [ m]
- La sección del elemento conductor (a mayor sección menor resistencia). Normalmente en [mm²]
- La naturaleza del conductor. Hay materiales que dejan pasar muy bien la corriente y otros que no tanto. La característica utilizamos para definir la mayor o menor oposición de cada material concreto al paso de la corriente eléctrica es la resistividad, denotada por la letra ρ, y que se expresa normalmente en [Ω mm²/ m]. Es preciso señalar que esta resistividad depende también de la temperatura[3].
Hasta aquí lo explicado vale tanto para los sistemas de corriente continua como para los de alterna. Pero si en corriente continua se puede afirmar que la densidad de la corriente es igual en todas y cada una de las partes del conductor, esto deja de ser cierto en corriente alterna, en la que la variación del campo magnético del propio conductor, efecto pelicular, y el de los conductores adyacentes, efecto proximidad. Esta variación es máxima en el centro del conductor, lo que da lugar a que la intensidad sea menor en el centro del conductor y, como es lógico, mayor en la periferia.
Este efecto aumenta cuadráticamente con
la frecuencia y la sección, por lo que es habitual no tenerlo en cuenta para
secciones menores de 70 mm2, y redes con baja distorsión armónica[4].
2. Reactancia inductiva.
La circulación de una corriente variable por un conductor da como resultado que el campo magnético que este conductor origina a su alrededor sea igualmente variable; este campo variable, a su vez, provoca, tanto en el propio conductor como el el resto de los conductores del circuito una fuerza electromotriz que impulsa la circulación de una corriente eléctrica. La relación de proporcionalidad existente entre la variación del flujo magnético y la de la mencionada corriente eléctrica con respecto al tiempo, para un circuito concreto, se denomina inductancia, y su unidad son os Henrios (H), en honor do físico estadounidense Joseph Henry, descubridor precisamente do principio de la inducción electromagnética. Esta inductancia, conocida también como coeficiente de autoinducción, depende tanto de la forma del circuito como del medio en el que está situado, por lo que su valor será muy diferente para las líneas aéreas de transporte con conductores desnudos que para los cables aislados, objeto principal de nuestro estudio.
Del valor de esta inductancia
multiplicado por la pulsación, 2πf, obtenemos la reactancia inductiva.
Para cables aislados de 0,6/1 kV se acostumbra a tomar un valor suficientemente
aproximado de 0,08 Ω/km.
3.
Reactancia
capacitiva y Conductancia del aislamiento.
El efecto de ambos parámetros sobre
el cálculo de la caída de tensión para los sistemas de Baixa tensión es tan
irrelevante, que de hecho la mayoría de los técnicos en el ejercicio de la
profesión ni siquiera recuerdan haberlos oído mencionar más que a un profesor
de Instalaciones Eléctricas que tuvieron en la EEI de Vigo hace muchos años.
[1]
La definición de resistencia eléctrica que recoge la entrada 131-12-04 del VEI
es exactamente: para un elemento resistivo de dos terminales o un circuito de
dos terminales con terminales A y B [la resistencia es] el cociente del voltaje
UAB entre los terminales por la corriente eléctrica i en el elemento
o circuito.
[2] Estos tres factores se relacionan con la resistencia mediante la conocida ecuación:
En la que ρτ es la resistividad del material conductor a la temperatura τ en [Ω·mm²/m], l la longitud en [m] y S la sección en [mm²]. La resistividad de los materiales conductores de uso en la industria eléctrica a una cierta temperatura está establecida por las Normas, de igual forma que la relación entre el aumento de la resistividad de un conductor y el aumento de la temperatura, denominado “Coeficiente de variación de la resistencia eléctrica con la temperatura”. La fórmula para el cálculo de la resistividad a una cierta temperatura τ, conocida la resistividad a cero grados centígrados, por ejemplo, será:
Donde ro sub t
[3]
Señalar que, en algunos materiales, particularmente en los monocristales de
metales no cúbicos, la resistividad depende también de la dirección de la
corriente.
[4] No
olvidemos que el efecto de la distorsión harmónica puede ser interpretado como
una composición de frecuencias múltiplos de la fundamental. El noveno armónico,
muy presente en redes industriales, supone una frecuencia, 9*50 = 450 Hz,
especialmente perturbadora de los sistemas eléctricos, incluidas sus
protecciones.