martes, 21 de xaneiro de 2020

(2) La teoría de las tres hipótesis en el cálculo de las secciones de los conductores eléctricos.



Resumen de lo expuesto.

Para aquellos que llegáis a este artículo sin la lectura previa del anterior haremos un pequeño resumen de lo argumentado. Para no repetir los mismos argumentos intentaremos un nuevo punto de vista: el del proyectista al que alguien aborda en la barra del bar cuando está tomando, por ejemplo, un vino.

-          ¡Hombre Manoel, cuanto me alegro de verte! Por cierto: tú que sabes de estas cosas, ¿me llegarán con 240 mm2 para 400 A?

¿Cómo convencer a este hombre de que la única respuesta sensata a su pregunta es “depende”? O aún mucho mejor la de “pásate por mi despacho y en media hora hacemos unos cálculos”. Que, aunque para nuestra desgracia los cables soportan lo que no está en los libros, el dar una respuesta simple, sí o no, sin tener más datos que la intensidad de la corriente no tienen ningún sentido.
Y, ¿qué cosas son las que deberíamos preguntar? Pues, por lo menos, el destino que se le vá a dar a la instalación, la tensión de servicio, la naturaleza de la instalación, los materiales del conductor, asilamiento y cubierta y, aunque en menor medida, la naturaleza del receptor y su tipo, lineal o non lineal, y el régimen de funcionamiento.
Y ya que estamos en ello tampoco estaría de más preguntarle si piensa pagar la consulta, como hace cuando visita a médicos y abogados, que da la impresión de que siguen convencidos de que los ingenieros tenemos fuentes de financiación insospechadas, entre las que, por supuesto, no figura el cobro de nuestro honorarios profesionales.

Criterios (hipótesis) de dimensionado de la sección del conductor.

La determinación de la sección eléctrica necesaria para transportar una cierta cantidad de energía entre dos puntos, es un problema que se debe considerar desde más de un punto de vista. Cada uno de estos puntos de vista o hipótesis determina una sección necesaria. La sección resultante será la mayor de las determinadas bajo cada hipótesis, y no solo porque donde sobra, siempre llega. Observe el lector atento que acabamos de mencionar que se trata de una cierta cantidad de energía, no de potencia. Esto hace referencia a uno de los aspectos más olvidados en el cálculo de canalizaciones eléctricas, que es el hecho de que el servicio permanente no es el único existente, aunque a veces lo parezca. Diría aún más: el servicio permanente no existe; no deja de ser un acuerdo, una simplificación propia de los tiempos en los que los cálculos se hacían a mano, o todo lo más con regla de cálculo, ya que se trata de establecer una situación en la que la totalidad de los factores del circuito de generación y evacuación de calor (incluida la temperatura exterior) permanecen constantes.
Tres son las hipótesis a considerar bajo el punto de vista normativo[1]. Estas tres hipótesis normativas son:

Es preciso señalar que las hipótesis a emplear son siempre las mismas, tanto para los cálculos de cables en baja tensión como en alta tensión, tanto para las líneas de gran longitud como para las de pequeña longitud. Cambia, sin embargo, su importancia relativa, o dicho de otra forma su relevancia no es la misma en cada uno de los casos. Por ejemplo: pocos técnicos calculan el valor de la sección por tercera hipótesis en sus cálculos de líneas en baja tensión; por el contrario esta é a única hipótesis relevante en los cálculos de cables para alta tensión, puesto que tanto la primera como la segunda hipótesis, por las razones que analizaremos en su momento. Sin poder, ni querer, dar reglas fijas, sino orientaciones rápidas:

-          Para los cálculos de cables en MT utilizaremos exclusivamente la 3ª hipótesis.
-          Para los cálculos de cables en BT el orden será:
o Distancias inferiores a 50 metros: cálculo por 1ª hipótesis; comprobación por 2ª hipótesis.
o   Distancias superiores a 50 m: cálculo por 2ª hipótesis; comprobación por 1ª hipótesis.
¿Y qué sucede si el dato que tenemos no es la intensidad?
El impertinente inquisidor del inicio de este artículo ya tenía el dato de la intensidad que tenía que transportar. Pero, ¿qué sucede si el dato que tenemos es el de la potencia? Pues que como siempre tenemos que preguntar algo más: si la potencia es la de una fuente, un transformador por ejemplo, o de una o más cargas, iguales o no, y si esas cargas son inductivas, capacitivas o resistivas, se son o no motores, y si se trata de cargas con una parte importante de electrónica de potencia. Todos estos aspectos influyen en el valor de la intensidad que circulará (recordemos que de forma permanente) por la canalización eléctrica. Sin olvidar el dato de la tensión y se esta tensión es continua o alterna, y en este segundo caso la alimentación es monofásica o trifásica.
Para corriente continua obtenemos la intensidad simplemente dividiendo el dato de la potencia, P, por la tensión de alimentación: I=P/V, mientras que corriente alterna tendremos cuatro casos dependiendo de si el dato que tenemos es el de la potencia aparente, S, o el de la potencia activa, P, y si la alimentación es monofásica o trifásica. Este es el cuadro resumen de las cinco ecuaciones a utilizar.
En el caso de cargas múltiples se debe recordar siempre el hecho de que ni las potencias aparentes ni las intensidades de la corriente alterna se pueden sumar directamente, debido a su carácter de fasores (vectores en movimiento). Cada una de las cargas se deberán afectar, si es el caso, por su factor de utilización, y los conjuntos de cargas por el factor de simultaneidad más desfavorable que se puede de esperar. Para el caso de cargas iguales la expresión a aplicar será:


Y para el de cargas desiguales:
Donde:









Cuando la carga son motores eléctricos es necesario tener en cuenta que los motores se denominan por su potencia mecánica, 200 kW, 75 kW, y que su rendimiento, aunque muy alto, es inferior a la unidad, por lo que la potencia eléctrica que este motor tiene que tomar de la red para entregar en el eje el par y la velocidad correspondiente a su potencia nominal será siempre mayor que a potencia (mecánica, insistimos) que indica su placa de características. También en estos casos es muy habitual la situación en la que la potencia del motor instalado en la máquina sea bastante mayor que la potencia demandada por el accionamiento. En este caso la corriente máxima demandada de la red, y para la que deberíamos calcular la canalización eléctrica tendrá más que ver con esa potencia accionada que con la instalada en la máquina, siendo entonces tanto su factor de potencia como su rendimiento algo peores que los nominales indicados en la placa de características.

(Continuará…)
Bibliografía recomendada: Cabos illados para o transporte e distribución de enerxía eléctrica (2ª Edición)/Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo. 2007 . Rústica con lapelas. 528 p; 24 cm. En idioma galego.




Nota [1]: Las denominadas como “cuarta hipótesis” o “sección más económica”y otras no deben ser consideradas como tales puesto que no determinan una obligatoriedad de uso sino una conveniencia.

(2) A teoría das tres hipóteses no cálculo das seccións dos condutores eléctricos.



Resumo do exposto.

Para aqueles que chegades a este artigo sen a lectura previa do anterior faremos un pequeno resumo do argumentado. Para non repetir os mesmos razoamentos tentaremos un novo punto de vista: o do proxectista ao que alguén aborda na barra do bar cando está a tomar, por exemplo, un viño

-          Home Manoel, canto me alegro de verche! Por certo: ti que sabes destas cousas, chegarame con 240 mm2 para 400 A?

Como convencer a este home de que a única resposta sensata á súa pregunta é “depende”? Ou aínda moito mellor a de “pásache polo meu despacho e en media hora facemos uns cálculos”. Que, aínda que para nosa desgraza os cables soportan o que non está nos libros, o dar unha resposta simple, si ou non, sen ter máis datos que a intensidade da corrente non ten ningún sentido.

E, que cousas son as que deberamos preguntar? Pois, polo menos, o destino que se lle vai a dar á instalación, a tensión de servizo, a natureza da instalación, os materiais do condutor, illamento e cuberta e, aínda que en menor medida, a natureza do receptor e o seu tipo, lineal ou non lineal, e o réxime de funcionamento.
E xa que estamos niso tampouco estaría de máis preguntarlle se pensa pagar a consulta, como fai cando visita a médicos e avogados, que dá a impresión de que seguen convencidos de que os enxeñeiros temos fontes de financiamento insospeitadas, entre as que, por suposto, non figura a cobranza dos nosos honorarios profesionais.




Criterios (hipótesis) de dimensionamento da sección do condutor.

A determinación da sección eléctrica necesaria para transportar unha certa cantidade de enerxía entre dous puntos, é un problema que se debe considerar desde máis dun punto de vista. Cada un destes puntos de vista ou hipóteses determina unha sección necesaria. A sección resultante será a maior das determinadas baixo cada hipótese, e non só porque onde sobra, sempre chega. Observe o lector atento que acabamos de mencionar que se trata dunha certa cantidade de enerxía, non de potencia. Isto fai referencia a un dos aspectos máis esquecidos no cálculo de canalizacións eléctricas, que é o feito de que o servizo permanente non é o único existente, aínda que ás veces parézao. Diría aínda máis: o servizo permanente non existe; non deixa de ser un acordo, unha simplificación propia dos tempos nos que os cálculos se facían a man, ou todo o máis con regra de cálculo, xa que se trata de establecer unha situación na que a totalidade dos factores do circuíto de xeración e evacuación de calor (incluída a temperatura exterior) permanecen constantes.

Tres son as hipóteses a considerar baixo o punto de vista normativo [1]. Estas tres hipóteses normativas son:


Cómpre sinalar que as hipóteses a empregar son sempre as mesmas, tanto para os cálculos de cabos en baixa tensión como en alta tensión, as linas de grande lonxitude como as de pequena lonxitude. Cambia, emporiso, a súa importancia relativa, ou dito doutro xeito a súa relevancia non é a mesma. Por exemplo: poucos técnicos calculan o valor da sección pola terceira hipótese nos seus cálculos en baixa tensión; pola contra esta é a única importante nos cálculos de cabos para alta tensión, xa que tanto a primeira coma a segunda hipótese polas razóns que analizaremos no seu momento. Sen poder, nin querer, dar regras fixas, senón orientacións rápidas:

-          Para os cálculos de cables en MT utilizaremos exclusivamente a 3ª hipótese.
-          Para os cálculos de cables en BT a orde será:
   o   Distancias inferiores a 50 metros: cálculo por 1ª hipótese; comprobación por 2ª hipótese.
     o   Distancias superiores a 50 metros: cálculo por 2ª hipótese; comprobación por 1ª hipótese.
E que pasa se o dato que temos non é a intensidade?

O  impertinente  inquisidor do inicio deste artigo xa tiña o dato da intensidade que tiña que transportar. Pero, que sucede se o dato que temos é o da potencia? Pois que como sempre temos que preguntar algo máis: se a potencia é a dunha fonte, un transformador por exemplo, ou dunha ou máis cargas, iguais ou non, e se esas cargas son inductivas, capacitivas ou resistivas, son ou non motores, e se se trata de cargas cunha parte importante de electrónica de potencia. Todos estes aspectos inflúen no valor da intensidade que circulará (lembremos que de forma permanente) pola canalización eléctrica. Sen esquecer o dato da tensión e se esta tensión é continua ou alterna, e neste segundo caso a alimentación é  monofásica ou  trifásica.

Para corrente continua obtemos a intensidade simplemente dividindo o dato da potencia, P, pola tensión de alimentación: I= P/V, mentres que corrente alterna teremos catro casos dependendo de se o dato que temos é o da potencia aparente,  S, ou o da potencia activa, P, e se a alimentación é monofásica ou trifásica. Este é o cadro resumen das cinco ecuacións a utilizar.




No caso de cargas múltiples lembrar sempre que nin as potencias aparentes nin as intensidades da corrente alterna se poden sumar directamente, debido ó seu carácter fasorial (vectores en movemento). Cada unha das cargas se deberán afectar, se é o caso, por o seu factor de utilización e os conxuntos de cargas polo factor de simultaneidade más desfavorable que sexa de agardar. Para o caso de cargas iguais a expresión a utilizar será:

E para o de cargas desiguais:

Onde:
 PT é a potencia total.
 Pi é a potencia unitaria.
 é o número de cargas iguais.
 fui é o factor de utilización da carga.
 fs é o factor de simultaniedade.

Cando a carga son motores eléctricos é necesario ter en conta que os motores se denominan pola súa potencia mecánica, 200 kW, 75 kW, e que o seu rendemento, aínda que moi alto, é inferior á unidade, polo que a potencia eléctrica que este motor ten que tomar da rede para entregar no eixo o par e a velocidade correspondente á súa potencia nominal será sempre maior que a potencia (mecánica, insistimos) que indica a súa placa de características. Tamén nestes casos é moi habitual a situación na que a potencia do motor instalado na máquina sexa bastante maior que a potencia demandada polo accionamento. Neste caso a corrente máxima demandada da rede, e para a que deberiamos calcular a canalización eléctrica terá máis que ver con esa potencia accionada que coa instalada na máquina, sendo entón tanto o seu factor de potencia como o seu rendemento algo peores que os nominais indicados na placa de características.

(continuará …)

Bibliografía recomendada: Cabos illados para o transporte e distribución de enerxía eléctrica (2ª Edición)/Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo. 2007 . Rústica con lapelas. 528 p; 24 cm. En idioma galego



Nota [1]: as denominadas como “cuarta hipótese” ou “sección máis económica”e outras non deben ser consideradas como tales xa que non determinan unha obrigatoriedade de uso senón unha conveniencia.

sábado, 18 de xaneiro de 2020

(1) La teoría de las tres hipótesis en el cálculo de las secciones de los conductores eléctricos.


A manera de justificación.

Mis amigos saben de mi devoción por Nikola Tesla, una de las personalidades más apasionantes del mundo de la electricidad, un hombre de ciencia, pero con una sensibilidad para las artes fuera de lo común. Tesla tenía además una capacidad de trabajo  sobrehumana y una integridad intelectual que le llevó a renunciar en múltiples ocasiones a una estabilidad financiera con tal de ver sus proyectos hechos realidad.

Cuando Tesla llegó a los EUA procedente del Imperio Austro-Húngaro tenía 28 años, una brillante carrera de ingeniero, poco dinero y una carta de recomendación de un antiguo empleado de Thomas A. Edison que decía: “Conozco a dos grandes hombres, usted es uno de ellos; el otro es este joven”. Edison no tuvo inconveniente en contratar (por 18 dólares a la semana) a aquel ser enigmático que era capaz de visualizar en su cerebro con precisión extrema la solución de un problema complejo, y llevar esta solución a la práctica, para su Edison  Machine  Works.

Nikola Tesla era un home extraño con muchas obsesiones, probablemente debidas a un trastorno obsesivo compulsivo. Entre las más citadas por sus biógrafos la higiene, el celibato, las palomas y el número tres. Por suerte, en mi, antes citada, devoción por Tesla, solamente comparto, y en grado de simple afición, el vínculo con el número tres. Como prueba el número de hipótesis, o puntos de vista, bajo los que recomiendo proceder al cálculo de la sección del conductor eléctrico del cable de una canalización eléctrica.

El proceso previo.

El cálculo de esta sección, la del conductor eléctrico del cable de una canalización eléctrica, debe ir necesariamente precedido del detallado proceso de diseño de la propia canalización eléctrica, la determinación de un conjunto de características sin cuya determinación el cálculo carece de sentido. Las más importantes de estas características son:

1.       Propósito de la instalación.
2.       Naturaleza del receptor.
3.       Naturaleza de la instalación.
4.       Tensión de servicio.
5.       Material conductor más apropiado al propósito concreto.
6.       Material del aislamiento más apropiado al propósito concreto.
7.       Presencia de armaduras, pantallas y cubiertas.


El propósito, o sea el destino que se le va a dar a la instalación, determina la normativa de cálculo, es decir establece las acciones mecánicas, físicas y químicas que, a criterio del equipo de normalización, van a ser relevantes en la aplicación y cuales no. Por ejemplo y ya que la cosa está de desgraciada actualidad: no serán las mismas las solicitaciones a las que estarán sometidas las canalizaciones eléctricas de un Hotel que las de un Buque Hotel, por mucho que el grado de sofisticación y lujo de los dos sean equivalentes. En el primer caso tendremos que aplicar los criterios establecidos por la Norma UNE-EN 60364 Instalaciones Eléctricas en edificios, y los de la UNE-IEC 60092-352 Instalaciones Eléctricas a bordo de buques en el segundo, con lo que los materiales del conductor, aislamiento y cubierta de los cables más apropiados para el primero serán substancialmente diferentes a los del segundo, e muy probablemente también diferentes sus secciones.  Igualmente sucede en partes concretas del edificio como la acometida, las instalaciones de enlace o la centralización de contadores, en las que serán de aplicación instrucciones técnicas complementarias (ITC) diferentes según los casos.

Igualmente, la naturaleza del receptor, es decir si se trata de un consumidor puramente resistivo, inductivo o capacitivo, las peculiaridades do su comportamento con respecto a la toma de intensidad de corriente, si esta es o no lineal, su régimen de funcionamiento intermitente, permanente, o de marcha a impulsos, condicionan los modelos de flujo de calor a emplear en su modelización. La naturaleza de la instalación se refiere a la permanencia o no de la situación espacial del receptor con respecto al punto de alimentación de energía; o dicho de otra forma, si la canalización eléctrica va a estar sometida a movimiento, lo que determinaría la necesidad de emplear cables especiales para instalación móviles. Otro aspecto de este punto es el que tiene que ver con la geometría de la traza, los espacios a recorrer por la canalización en función de diversos criterios entre los que, ¡claro está!, figuran las consideraciones económicas.

Por su parte la tensión de servicio nos habla de las solicitaciones a las que van a estar sometidos los elementos del cable que tienen como misión amortiguar el valor del campo eléctrico al que van a estar sometidos en el ejercicio de su función, tanto bajo el punto de vista de la tensión de permanente como el de las sobretensiones internas, procedentes del propio sistema, y externas de descargas atmosféricas, etc.

Por suerte solamente tenemos solamente dos materiales conductores entre los que escoger el más adecuado al propósito concreto. Para hacer adecuadamente esta elección es necesario analizar detalladamente las ventajas e inconvenientes de cada uno de ellos. Sucede que en algunos casos las ventajas de uno de los materiales son tan evidentes que en la práctica no existe en el mercado producto con el otro material; en otros, como es el caso de los cables de servicios móviles, el estado actual de la técnica no admite otra opción que la del cobre, pero en todo caso resulta altamente recomendable non perder de vista este aspecto de la determinación de características.

Las condiciones de servicio concretas, y sus peculiaridades, deben ser tomadas en cuenta en la elección del tipo de aislamiento que vamos a prescribir: termoplástico, termoestable, elastomérico, mineral o de otro tipo. Cada uno de ellos tienen, como es lógico, sus ventajas e inconvenientes; una elección adecuada será aquella que para situación concreta da canalización eléctrica maximice las ventajas del tipo concreto escogido y minimice sus inconvenientes. Para este proceso será indispensable un profundo conocimiento de los tipos de aislamientos existentes y sus características eléctricas, físicas, químicas y mecánicas. Y, ¡claro está!, su repercusión en el precio de compra del cable eléctrico. A no olvidar la posible incidencia de estos materiales en la propagación del incendio.

Queda para el final la determinación de la necesidad de que el cable seleccionado para la realización de la canalización eléctrica esté dotado de protecciones suplementarias como son las armaduras, pantallas y cubiertas. La acción del medio sobre el cable pode ser soportada en la mayoría de los casos por el propio aislamiento o la cubierta del cable, pero en otros resulta necesaria la inclusión de elementos suplementarios de protección, tanto en lo que se refiere a los aspectos eléctricos como a los químicos, físicos y mecánicos. La protección contra las agresiones de tipo eléctrico está encomendada a las pantallas, las de tipo mecánico a las armaduras, e las de tipo físico, químico y mecánico, a las cubiertas.

(Continuará…)

Bibliografía recomendada: Cabos illados para o transporte e distribución de enerxía eléctrica (2ª Edición)/Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo. 2007 . Rústica con lapelas. 528 p; 24 cm. En idioma galego.



venres, 17 de xaneiro de 2020

(1) A teoría das tres hipóteses no cálculo das seccións dos condutores eléctricos.


A xeito de xustificación.

Os meus amigos saben da miña devoción por Nikola Tesla, unha das personalidades máis apaixonantes do eido da electricidade, un home de ciencia, pero cunha sensibilidade para as artes fóra do común. Tesla tiña ademais unha capacidade de traballo  sobrehumana e unha integridade intelectual que lle levou a renunciar en múltiples ocasións a unha estabilidade financeira con tal de ver os seus proxectos feitos realidade.

Cando Tesla chegou aos EUA procedente do Imperio Austro-Húngaro tiña 28 anos, unha brillante carreira de enxeñeiro, poucos cartos e unha carta de recomendación dun antigo empregado de Thomas A. Edison que dicía: “Coñezo a dous grandes homes, vostede é un deles; o outro é este mozo”. Edison non tivo inconveniente en contratar (por 18 dólares á semana) a aquel ser enigmático que era capaz de visualizar no seu cerebro con precisión extrema a solución dun problema complexo, e levar dita solución á práctica, para a súa Edison  Machine  Works.

Nikola Tesla era un home estraño con moitas obsesións, probablemente debidas a un trastorno obsesivo compulsivo. Entre elas as máis citadas a hixiene, o celibato, as pombas e o número tres. Por sorte na miña devoción, antes citada, por Tesla, soamente comparto e en grao de simple afección, o vencello co número tres. Velaí a xustificación do número de hipóteses, ou puntos de vista, baixo os cales proceder ao cálculo da sección do condutor eléctrico do cabo dunha canalización eléctrica.

O proceso previo.

O cálculo desta sección, a do condutor eléctrico do cabo dunha canalización eléctrica, debe ir necesariamente precedido do proceso detallado de deseño da propia canalización eléctrica, a determinación dun conxunto de características sen cuxo coñecemento o cálculo carece de sentido. As máis sinaladas destas características son:

1.       Propósito da instalación.
2.       Natureza do receptor.
3.       Natureza da instalación.
4.       Tensión de servizo.
5.       Material condutor máis axeitado ao propósito.
6.       Material do illamento, máis axeitado ao propósito.
7.       Presenza de armaduras, pantallas e cubertas.

O propósito, ou sexa o destino que se lle vai dar á instalación determina a normativa de cálculo, é dicir establece que as accións mecánicas, físicas e químicas que, a criterio do equipo de normalización, van a ser relevantes na aplicación e cales non. Por exemplo e xa que a cousa está de desgraciada actualizade: non serán as mesmas as solicitacións ás que estarán sometidas as canalizacións eléctricas dun Hotel que as dun Buque Hotel, por moito que o grado de sofisticación dos dous sexan equivalentes. No primeiro caso teremos que aplicar os criterios establecidos pola Norma UNE-EN 60364 Instalacións Eléctricas en edificios, e os da UNE-IEC 60092-352 Instalacións Eléctricas a bordo de buques no segundo, co que os materiais de condutor illamento e cuberta dos cabos máis axeitados para o primeiro serán substancialmente diferentes ao do segundo, e moi probablemente tamén diferentes as súas seccións.  Igualmente sucede en partes concretas do edificio como a acometida, as instalacións de enlace ou a centralización de contadores, onde serán de aplicación instrucións técnicas complementarias (ITC) diferentes segundo os casos.

Tamén a Natureza do receptor, se trátase dun consumidor puramente resistivo, ou se indutivo ou capacitivo e canto, as peculiaridades do seu comportamento, se é ou non lineal, ou non lineal, e o seu réxime de funcionamento se é intermitente ou permanente, ou aínda de marcha a pulsos, condicionan os modelos de fluxo de calor a empregar na súa modelización. A Natureza da instalación fai referencia á permanencia ou non da situación espacial do receptor verbo do punto de fornecemento de enerxía; dito doutro xeito se a canalización eléctrica vai a estar sometida á movemento, o que vai a determinar a necesidade ou non de emprego de cabos especiais para instalación móbeis. Outro aspecto deste punto é o que ten que ver coa xeometría da traza, os espazos a percorrer pola canalización en función de diversos criterios entre os que, claro está!, figuran as consideracións económicas.

Pola súa banda a tensión de servizo nos fala das solicitacións ás que van a estar sometidos os elementos do cabo que teñen como misión amortecer a forza do campo eléctrico ao que van a estar sometidos no exercicio da súa función, tanto baixo o punto de vista da tensión de exercicio ou sexa permanente como o das sobretensións internas, procedentes do propio sistema, e externas de descargas atmosféricas, etc.

Por sorte soamente temos dous materiais condutores entre os cales escoller o máis axeitado ao propósito concreto. Para seleccionar o máis axeitado en cada caso compre analizar polo miúdo as vantaxes e inconvenientes de cada un deles. Nalgúns casos as vantaxes dun deles son tan evidentes que na práctica non hai produto no mercado máis que de un deles; noutros, como no caso dos cabos de servizos móbeis o estado actual da técnica non admite outra opción, pero en todo caso resulta altamente recomendable non perder de vista este aspecto da determinación de características.

As condicións de servizo concretas, e as súas peculiaridades, deben ser tomadas en conta na escolla do tipo de illamento que imos prescribir: termoplástico, termoestable, elastomérico, mineral ou doutro tipo. Cada un deste tipos teñen, como é lóxico, ás súas vantaxes e inconvenientes; unha escolla axeitada será aquela que para situación concreta da canalización eléctrica maximice as vantaxes do tipo concreto escollido e minimice os seus inconvenientes. Para este proceso será indispensable un fondo coñecemento dos tipos de illamentos existentes, as súas características eléctricas, físicas, químicas e mecánicas e, claro está!, a súa repercusión no prezo de compra do cabo eléctrico. A non esquecer a incidencia destes materiais na propagación do incendio.

Queda para o final a determinación da necesidade de que o cabo seleccionado para a realización da canalización eléctrica estea dotado de proteccións suplementarias como as armaduras, pantallas e cubertas. A acción do medio sobre o cabo pode ser aturada nos máis dos casos polo propio illamento ou a cuberta do cabo, pero noutros resulta necesaria a dotación de elementos suplementarios de protección, tanto no que se refire aos aspectos eléctricos como aos químicos, físicos e mecánicos. A protección contra as agresións de tipo eléctrico están encomendadas ás pantallas, as de tipo mecánico ás armaduras, e as de tipo físico, químico e mecánico, ás cubertas.

(continuará …)

Bibliografía recomendada: Cabos illados para o transporte e distribución de enerxía eléctrica (2ª Edición)/Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo. 2007 . Rústica con lapelas. 528 p; 24 cm. En idioma galego.



mércores, 1 de xaneiro de 2020

“La MILLA VERDE”, o la Ley de Murphy aplicada a la electrocución.


Un intento de explicar las razones por las que resulta tan difícil   electrocutar a la gente, salvo que no sea eso lo que se pretende.

Introducción.
Hace algunos meses pasó por los cines una película de un director norteamericano, Frank Darabont, titulada La Milla Verde, protagonizada por un Tom  Hanks claramente pasado de peso, cuya contemplación me llevó a una serie de reflexiones, fruto de las cuales nacieron una conferencia en mi Colegio Profesional, y esta publicación, ambas imbuidas por la misma voluntad de enseñar divirtiendo.
Desconozco si el colectivo de instaladores eléctricos, primero destinatario de estas reflexiones, es mucho o muy poco  cinéfilo, pero estoy seguro que los que asistieran a la proyección de la citada película, al ver aquella impresionante secuencia de la ejecución de uno de los personajes en la  Old  Sparkey, la vieja silla eléctrica, se preguntaron por que resulta tan difícil   electrocutar a una persona en silla, cuando muchos de nuestros conocidos, o aún amigos, fallecieron en accidentes de un nivel de riesgo aparentemente menor?
En la secuencia citada, uno de los carceleros, un personaje especialmente odioso, omite intencionadamente mojar en agua la esponja que se pone bajo el electrodo de la cabeza del reo, lo que provoca que se dificulte el paso de la corriente eléctrica por el condenado, y unas imágenes de la electrocución francamente difíciles de aguantar. Imágenes que, por otra parte, están disponibles en la WEB con un protagonista real, Allen Lee Davis,  cruelmente ejecutado en el aparentemente civilizado estado de Florida, el pasado año [1].
Pero volvamos al meollo del asunto, que no debe ser objeto de este artículo el argumentar en favor o en contra de la pena de muerte, ni dar consejos de procedimiento a verdugos aficionados, sino el repaso de algunos conceptos eléctricos relacionados con los fenómenos de la electrización, y lo que es más importante, las estrategias tendentes a minimizar el riesgo de electrocución para los usuarios de la electricidad.
Los riesgos de la energía Eléctrica.
Toda actividad humana comporta riesgo. Sin poner ejemplos extremos como podría ser el circular en automóvil por Vigo, el simple hecho de salir a la calle lleva aparejados unos riesgos. El nivel de este riesgo puede ser expresado numéricamente, un caso entre cien, entre mil, o entre un millón, pero su valor numérico no tiene importancia más que para las compañías de seguros, porque nosotros seguiremos teniendo más miedo a viajar en avión aunque el automóvil o la motocicleta sean mucho más peligrosos, y seguiremos preocupándonos más por la contaminación electromagnética que la instalación de un nuevo centro de transformación a unas decenas de metros de nuestra vivienda que por la producida por el teléfono móvil que ponemos a unos centímetros de nuestro cerebro. No importa, pues, el nivel de riesgo y la frecuencia de los accidentes sino la percepción que tenemos de ese nivel de riesgo
Otro aspecto del riesgo eléctrico que me interesa señalar es lo que tiene que ver con su percepción y con la necesidad de su aprendizaje. Dicen los que saben de estas cosas que el ser humano percibe el riesgo a dos niveles: un nivel genético, que no necesita de aprendizaje, y un nivel cultural que es generado por acumulación de experiencias. El miedo al fuego, el miedo a las alturas, etcétera, estarían, según estas fuentes en este primer nivel, y el miedo a la electricidad en el segundo. Toda vez que gran parte de la actividad de progreso de la humanidad es una lucha por minimizar el riesgo, y que, concretamente en nuestro caso, la alternativa energética eléctrica ha nacido también como una minoración de los riesgos de la distribución canalizada del gas en los hogares, el uso de la electricidad como fuente de energía en las viviendas tiene, en cuanto del riesgo, un aspecto evidente y uno inesperado: El evidente es la mejora del nivel de riesgo, mientras que el menos evidente es sin duda el aumento en la dificulta de su percepción.
Y hemos de reconocer que la corriente eléctrica mata. No mata tanto como debiera, si tenemos en cuenta la cantidad de prácticas irresponsables que vemos a diario, pero nuestra profesión y oficio es, precisamente, el luchar por conseguir que no mate absolutamente nada. Ni tan siquiera en Florida. Es preciso no olvidar que, en esa parte del reglamento de baja tensión, REBT, que no lee casi nadie, se establece que:

Capítulo 1: el  REBT tiene por objeto establecer las condiciones y garantías que deben reunir las instalaciones eléctricas [...] para garantizar la seguridad de las personas y de los bienes.

El citado REBT también habla de mejorar la calidad del suministro, de unificar las características de los materiales y de mejorar el rendimiento económico de las inversiones, pero todo eso, por importante que les pueda parecer a los que se creen a salvo del riesgo de electrocución, muy en segundo lugar.
Garantizar la seguridad es, por tanto, nuestra primera ocupación y preocupación. Resumiendo mucho podemos afirmar que los daños a las personas provocados por las instalaciones eléctricas pueden ser originados fundamentalmente de dos formas:
·  Indirectamente, como resultado de un mal funcionamiento de un equipo o instalación eléctrica, que dé como resultado una situación de riesgo, entre las que podemos señalar como más frecuente el fuego de origen eléctrico.
·   Directamente, por contacto involuntario con piezas bajo tensión, de forma que parte de la corriente del sistema atraviese nuestro cuerpo.
Aclarar que cuando este contacto se establece con partes que están bajo tensión porque esa es precisamente su función hablaremos de contacto directo, y cuando lo sea con partes que adquirieron esa condición como resultado de un defecto en el aislamiento de contacto indirecto. El primero tiene un mayor nivel de riesgo y una mejor percepción, y el segundo un menor nivel de riesgo pero mucha peor percepción, lo que lo convierte en más peligroso. A este según tipo le dedicaremos parte importante de nuestro análisis.
Antes de entrar en este análisis de los riesgos y de la gravedad de las consecuencias de estas formas de contacto, repasemos brevemente algunos conceptos eléctricos.


La circulación de la corriente eléctrica.
La circulación de la corriente eléctrica a través de un conductor está gobernada por la bien conocida, (por lo menos por los ingenieros eléctricos), Ley de Ohm Ampliada, en la que se define la impedancia como la relación entre la tensión aplicada y la intensidad que circula por el referido conductor. Recordemos también, que estas impedancias pueden ser lineales o no lineales, homogéneas o no homogéneas, y de valor estable en el tiempo o no estable. Y el cuerpo de un ser vivo en general, bajo el punto de vista de las impedancias, es justamente todo lo que comienza por no: no lineal, no homogénea (piel, músculos, huesos, etc.) y no estable en el tiempo. 
Aún más: esta impedancia depende fuertemente de la trayectoria concreta que siga la corriente en el accidentado; entrada por la mano y salida por un único pié, como en la ilustración; entrada por una mano y salida por la otra, etc, etc.

La impedancia es también muy dependiente de las diversas influencias externas: mano y pié mojado o seco, y muchas más en las que se incluye el sexo y el estado físico y psíquico del accidentado. Si a esto añadimos el dato de que las impedancias varían en cada persona concreta, y que además esta impedancia es muy difícil de medir en los seres vivos (por lo menos sin poner en peligro su vida) llegaremos a la conclusión que el único acercamiento posible al tema es el método estocástico [1]. Todo un desafío!.
Como explicaremos más detalladamente un poco más adelante, lo que establece los límites del riesgo en la electrización de un ser vivo, es decir la gravedad de los daños esperados, son el valor da corriente, función como hemos analizado previamente de la tensión aplicada entre extremos del circuito de electrización y de la impedancia de la trayectoria de esa corriente, en estrecha relación con el tiempo de paso de esta corriente. La lucha, por tanto, para intentar minimizar este riesgo se establecerá en tres frentes:

ü  El frente de la tensión. En el campo de los contactos directos, utilizando bajas tensiones de seguridad; en el de los contactos indirectos haciendo muy pequeña la tensión de contacto.
ü  El frente de la corriente: maximizando las impedancias del circuito de electrización,  impedancia del propio contacto, impedancia del cuerpo [2],  impedancia del suelo, etc.
ü  El frente del tiempo: puesto que el tiempo juega un papel determinante en la gravedad de los daños esperados, cortando las fuentes de suministro en el tiempo más breve posible.
En el vigente, esperemos que por poco tempo [3], Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, en su instrucción MI-BT 021, se establece que, para la protección de las personas contra los riesgos del paso de la corriente eléctrica, se pueden establecer dos tipos de medidas:
ü  Medidas de la Clase A: son aquellas que no necesitan del corte de la alimentación para otorgar la protección.
ü  Medidas de la Clase B: por el contrario necesitan del corte de la alimentación para otorgar la protección.
Entre las medidas de la Clase A, también denominadas básicas, podemos citar: la interposición de barreras aislantes, el empleo de aparatos de doble aislamiento, la inaccesibilidad simultánea de elementos conductores y masas, el recubrimiento de las masas metálicas con aislamientos de protección, la utilización de diferencias de potencial no peligrosas, la separación de circuitos por medios galvánicos, cómo son los transformadores de aislamiento, el empleo de bajas tensiones de seguridad y las conexiones  equipotenciales entre masas metálicas.

Por el contrario, las únicas medidas de la Clase B que se citan son: el establecimiento de un camino de baja impedancia para las derivaciones a tierra, unido a un dispositivo de detección y corte automático de la alimentación, conocido como interruptor diferencial o más correctamente Dispositivo Diferencial Residual, DDR, o bien, en casos concretos, un magnetotérmico, o en su más correcta denominación dispositivo de corte de corrientes de cortocircuito, DPCC.
Por su parte la Norma UNE 20460-4-41, núcleo del futuro REBT, complica un poco más las cosas, estableciendo tres tipos de medidas:

ü  Medidas de Protección contra los contactos directos e indirectos.
ü  Medidas de Protección contra los contactos directos.
ü  Medidas de Protección contra los contactos indirectos.
 Medidas de protección contra contactos directos e indirectos.
La mencionada Norma recoge cómo única medida capaz de dar una protección adecuada en las dos situaciones, es decir, contacto con piezas bajo tensión y contacto con piezas puestas bajo tensión por el efecto de una avería, la utilización para el abastecimiento de las denominadas como Muy Bajas Tensiones de Seguridad, MBTS. Este sistema, de utilización práctica muy limitada, consiste en el empleo de una fuente de alimentación, de características normativas muy definidas, con una tensión de alimentación por debajo de los 50V en corriente alterna, o 75V en corriente continua.
Medidas de protección contra los contactos directos.
Las medidas de protección contra los contactos directos definidas en UNE 20460-4-41, son la protección por aislamiento de las partes activas, la protección por medio de barreras o envolventes, la protección por medio de obstáculos, la protección por alejamiento, y una protección complementaria por dispositivos de corriente diferencial residual, es decir, diferenciales, de alta sensibilidad.
La protección contra los contactos directos por aislamiento de las partes activas consiste en dotar la estas partes, de un aislamiento que no pueda ser retirado más que con su destrucción, no considerando a las pinturas, barnices y lacas, entre estos medios.
Por su parte la protección por medio de barreras o envolventes, consiste en situar estas partes activas en el interior de envolventes con un grado de protección mínimo de IP2X, fijadas de forma segura, fuertes y duraderas, aun teniendo en cuenta las posibles influencias externas. Estas protecciones serán retirables solamente mediante herramientas y sin tensión en las partes activas.
En cuanto a la protección por medio de obstáculos, solamente es posible su implantación en los locales afectos al servicio eléctrico, con acceso restringido al personal autorizado, impidiendo el acercamiento y el contacto no intencionado. Estas protecciones serán desmontables sin herramientas, como por ejemplo las rejas de las celdas de obra civil de los centros de transformación. En estos mismos locales se podrá igualmente implantar la denominada protección por alejamiento, consistente en el establecimiento de un volumen de accesibilidad, limitado por el espacio que una persona puede alcanzar con la mano sin medios auxiliares.
Como complemento de todas estas medidas, o barrera contra las imprudencias, la norma recomienda el uso de una protección complementaria por dispositivos de corriente diferencial residual (DDR) de alta sensibilidad, es decir de una sensibilidad igual o mayor que 30 ma.
Medidas de protección contra los contactos indirectos.
En la protección contra los contactos indirectos se describen dos tipos de protecciones: las activas, basadas en el empleo de aparatos de detección y corte automático de la alimentación, y las pasivas, basadas en la utilización de doble aislamiento, de locales y emplazamientos no conductores, de conexiones equipotenciales locales no conectadas a la tierra general, y de la protección por separación eléctrica o separación de circuitos, mediante un transformador de aislamiento, cuyo funcionamiento analizaremos más adelante, con ocasión de los esquemas de conexión a tierra, con el que tendremos más posibilidades de entender correctamente su funcionamiento.
Medidas Pasivas.
En las conexiones equipotenciales locales, todas las masas metálicas simultáneamente accesibles están al mismo potencial, pero aisladas de la toma de tierra eléctrica, por lo que, en caso de defecto de aislamiento, el circuito de retorno a la fuente no se cierra, lo que impide la aparición de tensiones de contacto peligrosas.
Otro método semejante es la utilización de locales denominados no conductores. En estos locales las paredes y el suelo tienen una alta resistencia eléctrica, superior a los 50 kΩ para tensiones menores de 500 V, y la 100 kΩ para tensiones mayores, valores medidos con una tensión de prueba de 2000 V. De esta forma se asegura que la corriente de fuga, en condiciones normales de servicio, es menor de un miliamperio.
Cómo última de las medidas pasivas, se recoge el empleo del doble aislamiento, consistente en la utilización de aparatos en los que en el caso de un defecto en el aislamiento principal queda aún interpuesto entre la parte activa y el usuario, un aislamiento secundario. En la mayor parte de los casos este aislamiento secundario es la propia carcasa del aparato. Estos materiales se denominan de Clase II, y llevan una indicación formada por dos cuadrados, uno en el interior del otro.
Medidas Activas.
Las medidas activas, que llevan implícito el corte automático de la alimentación, necesitan, además de la detección de la aparición de la condición de peligro y la actuación del elemento de corte sobre el circuito vigilado, las siguientes condiciones, comunes a todos los esquemas de conexión a tierra que describiremos un poco más adelante:
·       Todas las masas metálicas deben estar unidas a tierra con conductores de sección adecuada.
·       Dos masas metálicas simultáneamente accesibles han de estar imperativamente unidas a la misma puesta a tierra.
·       El corte de la alimentación debe producirse dentro de los valores tiempo/corriente establecidos en la norma IEC 60479-2 y que recogemos al final de esta parte.
La tantas veces citada a lo largo del artículo, norma UNE 20.460-4/41, en su punto 413.1.1.3, establece que, un dispositivo de protección debe separar automáticamente de la alimentación la parte de la instalación protegida por este dispositivo, de tal forma que, después de un defecto en esta parte, no se pueda mantener una tensión de contacto en ninguna parte de la instalación de un valor superior al indicado en la Tabla 41 A, representado en la Figura 41 B, durante un tiempo más largo del indicado en ellas.
En la tabla se indica el tiempo de funcionamiento máximo de la instalación para una cierta tensión de contacto. La tensión de contacto es función de la tensión simple del sistema y del esquema de conexión a tierra.


Tabla 41 A
Figura 41B
Tensión de contacto supuesta [V]
Tiempo de funcionamiento máximo [s]


< 50
4
50
5
75
1
90
0,5
110
0,2
150
0,1
220
0,05
280
0,03

(Continuará)




NOTA [1]: Se denomina estocástico a aquel sistema que funciona determinado por el azar y la probabilística. Las leyes de causa/efecto no explican cómo actúa de manera  determinista, sino en función de probabilidades. La palabra proviene del griego: στοχαστικός, hábil en conjeturar. Significa "perteneciente o relativo al azar".
NOTA [2]: Para el lector que desee ampliar conocimientos sobre las partes de esta impedancia del cuerpo humano, en la Norma UNE 20572, se define la Impedancia total del cuerpo humano como el resultado de la suma, en valores complejos, de la impedancia existente entre dos electrodos en contacto con dos partes del cuerpo, después de suprimir la piel bajo los mencionados electrodos, a la que denomina interna, y la  impedancia de la piel, o la existente entre un electrodo ubicado sobre ella y otro en los tejidos conductores subyacentes. Además introduce el concepto de Resistencia inicial del cuerpo [Ríe], a la que define como la resistencia que limita el valor de cresta de la corriente, en el momento en que se aplica la tensión de contacto.
NOTA [3]: Aún tuvimos que esperar hasta el 18 de septiembre de 2002 para su publicación en el BOE.




Nota[1]: Allen Lee Davis fue ejecutado en Jacksonville el 8 de julio de 1999. El artículo fue originalmente publicado en el año 2000, de ahí la referencia temporal